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Tauromaquia de Castilla y León
Tauromaquia de Castilla y León
Los espectáculos taurinos tradicionales son aquellos festejos populares con reses de lidia cuya celebración arraigada socialmente se viene realizando en la localidad de forma continuada desde tiempos inmemoriales (tienen antigüedad acreditada de al menos doscientos años), desarrollándose de acuerdo con la costumbre del lugar.
Por su peculiaridad y tradición, se les pueden reconocer determinadas especialidades respecto de los festejos populares, siendo objeto de una declaración específica como espectáculo taurino tradicional mediante Orden de la consejería competente. El procedimiento para su declaración requiere solicitud del Ayuntamiento interesado aprobada por mayoría del Pleno, a la que se acompaña la documentación justificativa dentro de la cual se incluyen, entre otros, los documentos que consten en los archivos históricos municipales, o cualquier otra prueba que acredite la antigüedad y continuidad histórica del festejo taurino.
No obstante, su celebración anual requiere de previa autorización administrativa, debiendo acreditarse el cumplimiento de las correspondientes condiciones médico-sanitarias.
La autorización de espectáculo taurino tradicional es compatible con la celebración a la vez en una misma localidad con otros populares.
Los espectáculos taurinos se contemplan en la Ley 10/1991, de 4 de abril, sobre potestades administrativas en materia de espectáculos taurino, y se regulan en el Reglamento de Espectáculos Taurinos Populares de la Comunidad de Castilla y León, aprobado por el Decreto 14/1999, de 8 de febrero.
Una vez declarados, se inscriben en el Registro de espectáculos Taurinos Tradicionales de Castilla y León, regulado por Orden de 15 de septiembre de 1999 de la Consejería de Presidencia y Administración Territorial.
Tramitación on-line: Solicitud de Declaración de Espectáculo Taurino Tradicional
Cada día durante las fiestas se realizan encierros, capeas y desencierros, entre lo que destaca el caballo del Domingo de Carnaval cuando desde las dehesas vecinas los caballistas y garrochistas conducen los toros bravos hasta la localidad y el “Toro del Aguardiente” en el que se suelta el animal más grande al que los mozos hacen su espera bebiendo aguardiente para correrlo en un espacio acotado entre la plaza de toros y el edificio del Registro.
Una de las teorías sobre el origen del Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo es que se trataba de una celebración que los vecinos de la ciudad aprovechaban para comer y beber en exceso antes de empezar la Cuaresma. También. Se cree que está relacionado con el arraigo de los habitantes de Ciudad Rodrigo por la ganadería y por su pasión por el toro.
Existen algunos documentos del siglo XVI en los que ya se habla de la existencia de fiestas de máscaras y toros, como el encontrado con fecha de 1418 en el que se habla de las rentas del concejo, donde por primera vez se nombran las talanqueras que deben colocarse para cuando corrieran los toros, y el de 1493 en el que los Reyes Católicos piden a las autoridades de la ciudad que dejen de gastar tanto dinero en festejos de toros. Y existen referencias claras sobre la celebración del Carnaval del Toro en Ciudad Rodrigo desde 1732, continuándose sus celebraciones hasta la actualidad.
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Enlace página web del ayuntamiento de Ciudad RodrigoEl festejo denominado los «Toritos del Alba», forma parte del ciclo de festejos taurinos denominado popularmente «Toro Enmaromado», que se desarrolla de forma sucesiva e ininterrumpida durante las Fiestas del Corpus Christi, en la localidad de Benavente (Zamora).
El festejo del “Toro Enmaromado”, consiste en el amarre de un toro con una cuerda o maroma, que es sujetada por los participantes en el festejo, con el objetivo de conducirle controladamente por las calles de la localidad.
Se viene celebrando la víspera del corpus en la localidad de Benavente desde el siglo XVII (1697), y su origen se vincula con una concesión que al efecto hace la duquesa de Benavente afectada por la muerte de uno de sus hijos corneado por un toro.
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Se celebran en la ciudad de Soria entre el Jueves inmediato posterior al día de San Juan, 24 de Junio, y el Lunes inmediato posterior a dicha fecha.
El origen de estas fiestas es la celebración del solsticio de verano, que se festejaba con los toros como protagonistas, con vino y fuego. Fiestas tribales de arévacos y pelendones, luego cristianizadas en el alto medievo.
Se celebran los festejos taurinos denominados “El Lavalenguas” y “La Compra”, en los que caballistas y personas a pie cierran en los corrales los toros que están sueltos en la Cañada Honda, y en la cañada del Monte; en “la Saca” se traen los toros desde el Monte hasta la ciudad guiados por caballistas, y en el “Viernes de Toros” se lidian.
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Los encierros a caballo de la localidad de Fuenteguinaldo se celebran cada año en el tercer fin de semana del mes de agosto, coincidiendo con el patrón de San Bartolomé.
Decenas de caballistas llegados de España y Portugal conducen media docena de morlacos desde el campo hasta la Plaza Mayor del pueblo, ante la presencia de miles de aficionados.
Se trata de unos encierros a caballo con más de un siglo de historia.
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Enlace página web del ayuntamiento de FuenteguinaldoLos encierros se celebran anualmente en Sangarcía, en honor a su patrón San Bartolomé Apóstol, los días 24 y 25 de agosto.
Se celebran los festejos taurinos “Desencajonamiento y encierro urbano”, “Suelta de vaquillas” y “Becerrada popular”.
Hay constancia de su celebración con anterioridad a 1702.
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En este festejo el ganado sale de los Corrales, en la ribera del río Cega, y es conducido por un grupo de caballistas por el campo, luego se realiza el encierro en un circuito urbano, procediéndose en la Plaza Mayor a la “Probadilla” similar a una capea, conduciéndose luego hasta la plaza de toros.
Se encuentran documentos que señalan los inicios desde el siglo XIII y en el siglo XIV, la reina Leonor, esposa de Juan I de Castilla y señora de Cuéllar, habla de que era costumbre encerrar toros en Cuéllar, También se mencionan en unas ordenanzas municipales otorgadas por el Duque de Alburquerque al Concejo en 1499. A partir del siglo XVII se constata que se celebraban encierros en las fiestas en honor de Nuestra Señora del Rosario.
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El Festejo Taurino denominado «La suelta de la Vaca Enmaromada» se celebra en la localidad de Villafrechós (Valladolid) durante las Fiestas Patronales 8 de septiembre en veneración a la Virgen de cabo Patrona de la localidad de Villafrechós.
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Su celebración está documentada desde 1335, vinculada al desarrollo de justas medievales y fiestas relevantes, como por ejemplo, se ha acreditado su celebración con ocasión del nacimiento de una hija del rey Pedro I.
Este festejo, que consistía en la conducción del toro por corredores y aficionados por las calles del pueblo hasta un campo abierto en el que se escenifica una lucha del toro enfrentado a lanceros que van a caballo o a pie. Con la entrada en vigor del Decreto-Ley 2/2016, de 19 de mayo, por el que se prohíbe la muerte de las reses de lidia en presencia del público en los espectáculos taurinos populares y tradicionales en Castilla y León , ya no puede darse muerte al toro ante el público.
Actualmente en las mismas fechas se vienen celebrando en ese municipio varios encierros tanto de campo como mixtos (parcialmente discurren por zona urbana) que recuerdan la tradición de este histórico municipio castellano.
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Consiste en un recorrido por las calles de la localidad de una vaca de unos 450 kilogramos sujeta por los cuernos con una maroma. La vaca es conducida por el lugar del recorrido en la localidad.
Este rito de carácter nupcial viene desarrollándose desde la antigüedad. Palazuelo de Vedija posee un documento de sueltas de toros por ciudades y villas fechado en 1381. En el siglo XVI el Conde de Grajal (Juan Vega), Señor de Palazuelo y dueño del Palacio de su nombre de esta localidad, realizó varias corridas en la plaza soportalada del palacio.
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Hay constancia documental de la celebración de los festejos ya en el año 1600, por tanto desde hace más de doscientos años.
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En el festejo se suelta en un recinto habilitado al efecto en la Plaza Mayor de Medinaceli, un novillo al que se le colocan una maroma y cuernos postizos en la testuz en los se incorporan unas bolas de pez. El novillo es embarrado para su protección y se encienden las bolas. Se dirige por los mozos hasta la plaza, en la que maroma queda atada a un madero hincado en el suelo.
Hay constancia de su celebración desde el siglo XVI (1568).
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